Hola. Me llamo Edén, diseño cosas (a veces también las programo), hacer y consumir música y cine son mis verdaderas pasiones y en 2018 voy a hacer el viaje de mi vida:
«Siete Fronteras», o «de qué va todo esto». Para la mayoría de los posibles lectores, este post es innecesario; pero por algo había que empezar.
Todo arrancará el 8 de marzo cuando me monte en un vuelo de Iberia Granada – Madrid, haga un ratito de escala y tome posteriormente EL VUELO de Avianca de Madrid a Medellín, Colombia. Es la primera vez que me pego una paliza semejante así que será curioso eso de salir por la mañana, pegarme 15 horas de viaje y llegar a Colombia a la hora de la merienda. Porque pienso merendar cuando llegue a Medellín. Ricardo, tenme lista una arepita con chocolate.
Ricardo es mi patrón en Medellín. Patrón, esa palabra no pasa desapercibida (gracias Netflix). Igual debería plantearme el vocabulario antes de meterme en un fregao.
Pasaré unos 20 días en Colombia descubriendo Medellín y algunos pueblos de Antioquia. Este tiempo me servirá también para terminar de preparar el resto del viaje, ya que una vez cruce a Panamá estaré por mis medios.
Probablemente cruzaré de Colombia a Panamá con un velero. No por vicio, sino porque de Colombia a Panamá no se puede cruzar por tierra (buscad «Tapón de Darién» en Google… os va a encantar). Hay veleros que parten desde Cartagena hasta Panamá atravesando el archipiélago de Guna Yala, anteriormente conocido como San Blás. Un poco este royo:
Hablaré más de Guna Yala cuando llegue el momento, que esto es una intro.
Como decía, una vez en Panamá estaré por mis medios. El plan inicial (que seguramente no seguiré pero hay que tener un plan) será subir desde Panamá a Costa Rica por Bocas del Toro, cerca siempre de la costa atlántica.
En Costa Rica me tocará atravesar desde el Atlántico al Pacífico, ya que el cruce a Nicaragua lo haré por el paso de Peñas Blancas.
Y será allí, en Nicaragua, donde haga mi segundo parón. Estaré entre 4 y 10 semanas realizando un voluntariado, o bien en la isla de Ometepe (isla alucinante de la que hablaré en su momento) o bien en León, según con quién llegue a un acuerdo.
Bueno, spoiler de avance. Esto es Ometepe:
En Nicaragua hay un lago muy (MUY) grande. Dentro del lago hay una isla. Dentro de la isla hay dos (DOS) volcanes. No me preguntéis cómo mierda caben dos volcanes en una isla porque yo tampoco me lo explico. Os hablaré de ello cuando llegue el momento.
Dependiendo de qué voluntariado haga, mi tiempo libre lo dedicaré a conocer a fondo Ometepe o a recorrer el resto del país. Cuando termine el voluntariado exploraré lo que me falte y pondré rumbo a Guatemala.
El país maya por excelencia tiene muchos secretos por descubrir, como el lago Atitlán con sus tres volcanes (tres… allí regalaban volcanes cuando la creación), la ciudad de Antigua o las ruinas de Tikal.
Por último me enfrentaré con el país más grande de esta aventura, México. A estas alturas mis energías y mi cuenta bancaria estarán en las últimas, así que no sé bien cuánto tiempo podré estar. Me gustaría ver lugares como San Miguel de Allende, San Luis Potosí, la región de Oaxaca,… y mil sitios más antes de dirigirme a la Península del Yucatán, donde se encuentran Chichen Itzá y las ruinas de Tulum. Desde allí me quedará cerca Cancún, que muy probablemente sea el punto desde el que vuele de vuelta a casa.
Hay mil variables sin controlar. No sé cuánto podré estar en México; no sé si podré sacarme una tarjeta de turista en el Consulado de Cuba en Ciudad de México para volar de Cancún a La Habana y terminar el viaje con un puro y un mojito en el Malecón; no sé siquiera si haré un voluntariado en Nicaragua (ninguno está confirmado a día de hoy); no sé si pillaré el dengue y me orinaré por el orto.
Quizás en eso está la gracia, en que sé muy poco de la aventura a la que me enfrento.
En cualquier caso, este será mi cuaderno público de viaje. Para el recuerdo y para compartir mis entuertos y desventuras con quien quiera acompañarme.
Seguiremos informando… 🙂